Reescritura
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Joaquin Sabina
Que la falta de luz y la hora excusen mi letra, pero no mi honestidad. Calamaro suena en la
radio y la mano exige hacer justicia al deseo de escritura. Mientras miro por la ventana y la quietud se ve interrumpida por uno que otro sonámbulo buscador de algo, me pregunto y me respondo absurdas dudas.La retórica personal pretende converserme de cosas que tal vez ya ni vienen al caso y sin darme cuenta caigo una y otra vez en la misma pregunta: ¿Cómo voy armando mi vida?... En realidad, me pregunto: ¿Vale la pena preguntarme todo esto?
No me canso de intertrogarme el por qué a horas inesperadas y en días fortuitos caigo en la
inquietud de la estabilidad.Hace algunos años, cuando todo era proyectos e ideas, sentía una seguridad que hoy se ve entre neblinas.Aún no entiendo si mi proyecto era inmaduro o si en realidad me he ido quedando dormido en la comodidad de la puta estabilidad laboral. Me asusta sentir que los compromisos me consumieron por completo y el Marcelo que se proyectaba en lo espontáneo se desvaneció en el profesor que no da cabida a lo incierto. Extraño esas tardes de conversacion sin importar el día siguiente, en donde lo que se desee hacer sea la orden a seguir.
Me da verguenza creer que estas preguntas sean solo mias y más bien tiendo a creer (no sé si por humildad o cobardia) que estas dudas se las hace todo el mundo en algun momento.
Mi corazon y mi mente se turnan en un juego morboso en el cual me precipito hacia un lado y otro. El borde del abismo se vuelve mi lugar común, el problema es que aun no tengo claro si
mi suelo es la estabilidad y mi precipicio lo espontáneo o viceversa. Sólo sé que existe una
cuerda capaz de salvarme de todo ello. Aferrándome a ella da lo mismo cual es el lado al
cual me arrojo. Pamela gracias por ser mi seguridad, mi fortaleza, mi tierra. Mientras esté
aferrado a ti puedo darme un tiempo para preguntarme si optaré por aquello espontáneo o
entraré en el juego de creerme adulto y estable.
En fin, a los lectores les pido paciencia por la tardanza. A los que me rodean, les pido paciencia por las dudas y a mi... a mi me pido disculpas por la lenta adaptacion o por la posible
traicion.
¿Es un vicio humano dudar cuando todo está bien?
Espero respuestas... respuestas internas y externas.